Los materiales utilizados actualmente en la construcción necesitan mucha energía para la fabricación, además de consumir muchos recursos no renovables, contaminar y emitir compuestos químicos que afectan a la salud de los usuarios. Los paneles FiP requieren de muy poca energía para su fabricación y están fabricados con materiales naturales, renovables y poco transformados, de origen cercano a la obra. La paja y la madera actúan como sumidero de CO2, capturando más CO2 a lo largo de su ciclo vital que el producido en su manipulación. La gran capacidad aislante de la paja permite construir edificios de consumo casi nulo y cumple con el estándar Passivhaus, pudiendo llegar a ser edificios de energía positiva (que producen más energía de la que consumen con la implantación de sistemas de energía renovable)